Las esponjas son animales predominantemente marinos y presentes en todos los mares y océanos del mundo. Se conocen unas 15.000 especies, de las cuales hoy traemos al blog una abundante tanto en el Mediterráneo como en nuestras costas atlánticas: Aplysina aerophoba.
Esta esponja, en su medio, tiene un cuerpo formado por ramificaciones más o menos tubulares que presentan un ósculo en la parte terminal, la cual parece además que está “cortada a cuchillo”, plana.
Sin embargo, lo más destacable de esta esponja es su intenso color amarillo, lo que la hace muy visible en comparación con otras muchas especies de esponjas, cuyos colores son crípticos y apenas diferenciables de las rocas que tapizan. La Aplysina se puede observar fácilmente ya que además aparece en los primeros metros del submareal hasta unos 30 metros de profundidad.
Su epíteto específico, aerophoba, responde a una propiedad que tiene esta esponja cuando entra en contacto con el aire, es decir, cuando se extrae de su medio: se vuelve de un intenso color negro en cuestión de minutos.
Gracias a la curiosidad científica de Adela, una de nuestras alumnas del curso de zoología, ya sabemos qué proceso subyace a este cambio de color. Así nos lo contaba Adela el otro día:
Aplysina aerophoba contiene un zoocromo amarillo “uranidine” (3,5,8-trihidroxi-4-quinolona), que expuesto al aire se oxida fácilmente a una quinona azul inestable que rápidamente da lugar a un material negro insoluble. La fuente es el trabajo de Guido Sodano (1984), científico que consiguió asilar el compuesto.
Os dejamos dos fotos: una de Aplysina en su medio, y otra fuera del mismo, ya negra.

Aplysina aerophoba (Autor: Roberto Pillon)